La terapia cognitiva es una de las corrientes de pensamiento de la Psicología que plantea que, el modo en que las personas estructuran cognitivamente sus experiencias ejerce una influencia fundamental en cómo se sienten y actúan, así como en las reacciones físicas que tienen.

Cualquier tipo de terapia cognitivo-conductual se basa en la idea de que las emociones y estilos de conducta no dependen sólo de los estímulos físicos que nos llegan desde el entorno, sino también de los pensamientos que dan forma a nuestra manera de percibir tanto esos estímulos como nuestros propios procesos mentales.

La intervención terapéutica aborda los procesos cognitivos, es decir, se trabaja enseñando a detectar los estilos de pensamientos disfuncionales (que te sirven), para esto es necesario entrenar a la persona para desarrollar su capacidad de reflexionar sobre su propia manera de pensar y plantearse qué puntos son conflictivos y cuáles no.  Con ello, se persigue que tengas más capacidad de cuestionarte las categorías con las que trabajas y detectes patrones típicos de pensamientos que te causan problemas y así poder reestructurarlos.

Reestructuración Cognitiva: 

La reestructuración cognitiva está centrada en la identificación y cambio de cogniciones (creencias irracionales, pensamientos distorsionados o auto verbalizaciones negativas) que están determinando o manteniendo el problema. Esta se centra en el significado, analizando la racionalidad de los pensamientos o creencias y enseñan a pensar de manera más satisfactoria, atacando los errores o distorsiones que pueden estar produciéndose en el procesamiento de la información.

La terapia estratégica nace de una síntesis evolutiva entre la Teoría sistémica, el estudio de la familia y la comunicación, haciendo hincapié en la importancia del CONTEXTO y de las interacciones comunicacionales en las cuáles estás inmers@ y que por ende, ejercen una influencia recíproca en el mantenimiento del problema-malestar.

Desde este enfoque, somos nosotros como observadores quienes trazamos distinciones y determinamos los límites de la realidad observada, por lo tanto no existe una sola realidad, sino tantas realidades como puntos de observación posibles.

Por lo tanto, la aproximación sistémica-interaccional deja de lado la búsqueda de la “verdad”, los hechos en sí mismos y la causalidad lineal, para poner acento en el significado que las personas atribuyen a las situaciones que enfrentan, comprendiendo y explicando el comportamiento como dentro de un circuito-sistema más amplio.

El modelo estratégico apunta a la modificación de conductas lo más rápidamente posible, basado en la convicción de que la gran mayoría de las personas cuenta con recursos suficientes para funcionar por sí mismas si se les entregan los espacios y la oportunidad de hacerlo .

La finalidad de la psicoterapia es la sustitución de la construcción de una realidad que ya no es adaptativa por otra que se adapta mejor a la persona, para lo cual, se ocupa de la reestructuración de la visión del mundo del paciente y en consecuencia, de la construcción de una nueva realidad. 

Me adscribo a este nuevo marco conceptual habiendo observado los beneficios de el, tanto en lo que refiere al vínculo terapéutico, reducción sintomatológica, así como en el logro de los objetivos terapéuticos propuestos.

Desde aquí,  se rescata a la ACEPTACIÓN  como un elemento nuclear de sus intervenciones, permitiendo un acercamiento más amplio y flexible a las experiencias emocionales propias.

Las terapias contextuales o terapias de tercera generación, enfatizan el peso del contexto en la determinación y explicación de la conducta, dándole importancia no sólo al contexto físico y social, sino que también reconociendo el importante papel jugado por la conducta verbal.

Aquí los procesos emocionales no se entienden como entidades disruptivas del funcionamiento del individuo que deben ser controladas (como conceptualiza la psicología básica o experimental) sino como una conducta legítima con un sentido adaptativo. 

Mindfulness:

La inclusión de la práctica de mindfulness en la psicoterapia occidental obedece a la necesidad de ampliar y optimizar los enfoques terapéuticos tradicionales (centrados en el control y la eliminación de síntomas) y que resultan restrictivos e ineficaces a la hora de abordar trastornos complejos, graves o especialmente resistentes. 

Este nuevo enfoque se caracteriza por adoptar una perspectiva experiencial, enfatizando la importancia de cambiar la relación con la experiencia interna (sensaciones, cogniciones o emociones) a través de la aceptación, en lugar de pretender eliminarla.

La práctica del mindfulness no se identifica solamente con la meditación, sino que se concibe como un estado de consciencia con atención abierta y receptiva hacia la experiencia y los acontecimientos que están sucediendo o bien como un proceso de observación no enjuiciadora de la corriente de estímulos internos y externos.

Este nuevo planteamiento, supone un acercamiento novedoso de la Terapia Cognitivo Conductual a la respuesta emocional, y es que las emociones no se consideran inadecuadas simplemente por el hecho de ser molestas, incómodas o dolorosas, pues de hecho forman parte del funcionamiento efectivo y saludable del individuo (tanto las percibidas negativas como positivas).

La evidencia sugiere que la práctica del mindfulness  cuenta de enormes beneficios, tanto para vivir una vida satisfactoria, como para ayudar a afrontar problemas físicos y psicológicos.  No sólo consigue desactivar las respuestas emocionales intensas a través de la modulación del sistema límbico (cerebro emocional), sino que también tiene un efecto inductor de un estado de relajación psicofisiológico, modificando la actividad cerebral relacionada a los  procesos perceptivos, a los procesos cognitivos superiores y a los procesos de regulación emocional.

La creatividad es la capacidad que tiene el ser humano para captar la realidad y transformarla, generando y expresando nuevas ideas, valores y significados. El hecho de potenciar esta capacidad, no sólo  puede hacerte pintor de un gran lienzo, sino, sobre todo, el artista y conductor principal de tu vida.

Estamos creando y re-creando nuestra experiencia a cada instante, por lo mismo mi misión es rescatar tu capacidad creativa del tintero de tus condicionamientos para utilizarla como vía  de expresión, de autoconocimiento y de empoderamiento personal. 

En Terapia, se  presta atención a los procesos psicológicos básicos que están involucrados, así como también al rol del pensamiento, la imaginación, la intuición y las características individuales de la personalidad, que influyen en nuestra capacidad creadora, para desde allí estimularlos, con nuevas experiencias y estímulos, generando una nueva apertura en la relación del consultante consigo mismo, con “el problema” y en su relación con el mundo.

Incluir la creatividad como parte de mi trabajo, significa generar apertura e integración para con nuestra propia individualidad y para con los sistemas en los cuales estamos inmersos. Significa, vivir y disfrutar del proceso más que el mero hecho de llegar a una determinada meta, significa abrirse a la experiencia y adoptar una actitud curiosa, observadora, inquieta, exploradora, mirando  en y desde el presente y el futuro. 

No sólo se  promueve la solución efectiva de problemas en nuestra vida cotidiana, sino se estimula como un medio de tomar distancia  e  ir  más allá de los límites y condicionamientos, dándote la oportunidad de  visibilizar nuevas alternativas y reconocer tu propio valor personal.

El proceso de coaching consiste en trabajar, “pulir” o fortalecer los recursos que ya están para el logro de objetivos. Cualquier persona, que desee desarrollarse, fortalecerse, o tomar una nueva dirección, puede recurrir al acompañamiento de un coach para hacer más rápida y eficiente la consecución de metas personales.

Esta metodología,  resulta muy eficaz, en cualquier caso en que se desee un cambio desde un estado actual a un estado deseado. 

Cabe destacar que el coaching, se basa en la idea de que todos tenemos el potencial y los recursos necesarios para la consecución de nuestras metas y objetivos. Desde esta consideración, el coaching implica un desafío, con una intención clara de generar reflexión y toma de consciencia.

En estos casos, yo como terapeuta actuaré como un vehículo y canal que  facilitará la obtención de tus metas, y  eres tú quién tiene las respuestas y quién llegará a sus propias realizaciones. Por lo que, con este acompañamiento se hace más asequible, rápido y eficiente el logro de aquello que deseas.

Es importante destacar la importancia de la responsabilidad y la autonomía personal, conceptos que en el coaching cobran especial relevancia, al insistir en que es el mismo coachee es quien es el experto de su vida y quien cuenta con la responsabilidad por sobre sus resultados. El objetivo central es generar personas con recursos, independientes y libres.